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Hernia discal cervical, síntomas y tratamiento fisioterapéutico

Hernia discal cervical, síntomas y tratamiento fisioterapéutico

La hernia de disco cervical es una afección común que afecta la columna vertebral, específicamente en la región del cuello. Esta condición puede causar una variedad de síntomas que afectan tanto la calidad de vida como la capacidad funcional de los individuos.

En esta publicación, explicaremos detalladamente qué es una hernia discal cervical, sus principales síntomas, y cómo estos pueden impactar en la salud y el bienestar general.

¿Qué es una hernia discal cervical?

Para entender los síntomas de la hernia discal cervical, es importante conocer la anatomía básica de la columna cervical.

La columna cervical está compuesta por siete vértebras (C1-C7) y los discos intervertebrales que actúan como amortiguadores entre cada vértebra. Un disco intervertebral está compuesto por un núcleo pulposo (centro gelatinoso) y un anillo fibroso (exterior duro).

Una hernia discal cervical ocurre cuando el núcleo pulposo se desplaza hacia afuera a través de una fisura en el anillo fibroso.

Esto puede provocar la compresión de las raíces nerviosas o de la médula espinal, generando una serie de síntomas neurológicos y físicos.

Síntomas de una hernia de disco cervical

  • Dolor en el cuello (Cervicalgia)

El dolor en el cuello es uno de los síntomas más comunes de una hernia discal cervical. Este dolor puede ser constante o intermitente y puede variar desde una molestia leve hasta un dolor agudo y severo. A menudo, el dolor puede irradiarse hacia los hombros, la parte superior de la espalda, y los brazos.

  • Dolor radicular (Radiculopatía)

El dolor radicular ocurre cuando la hernia discal comprime una raíz nerviosa específica. Esto provoca un dolor que se irradia desde el cuello hacia el brazo correspondiente al nervio afectado. Por ejemplo, si la hernia afecta la raíz nerviosa C6, el dolor puede irradiarse hacia el bíceps y el antebrazo, llegando hasta el pulgar.

  • Parestesias

Las parestesias son sensaciones anormales, como hormigueo, entumecimiento o ardor, que a menudo acompañan al dolor radicular. Estos síntomas pueden sentirse en el área inervada por la raíz nerviosa afectada y suelen ser más pronunciados en los dedos de las manos.

  • Debilidad muscular

La compresión de las raíces nerviosas puede llevar a una debilidad muscular en los brazos o las manos. Esta debilidad puede afectar la capacidad para realizar tareas cotidianas, como levantar objetos, escribir, o realizar movimientos finos. La gravedad de la debilidad depende de qué nervio esté comprimido y la extensión de la compresión.

  • Reflejos disminuidos

Los reflejos disminuidos son otro síntoma neurológico que puede presentarse en casos de hernia discal cervical. Esto se evalúa clínicamente mediante pruebas de reflejos, como el reflejo bicipital o tricipital. Una disminución en los reflejos puede indicar compresión nerviosa significativa.

  • Dolor de cabeza

El dolor de cabeza, especialmente en la base del cráneo, puede ser un síntoma asociado con la hernia discal cervical. Este dolor puede ser causado por la irritación de los nervios cervicales superiores y puede irradiarse hacia la cabeza, causando lo que se conoce como cefalea cervicogénica.

  • Problemas de coordinación y equilibrio

En casos más severos, donde la hernia discal cervical comprime la médula espinal (mielopatía cervical), los individuos pueden experimentar problemas de coordinación y equilibrio. Esto se debe a la interrupción de las señales nerviosas desde y hacia el cerebro, afectando el control motor y la función sensorial.

Diagnóstico de la hernia discal cervical

Existen distintos tipos de pruebas y test para poder diferenciar una hernia discal cervical, como pueden ser:

  • Historia clínica: recopilaremos información sobre los síntomas (dolor, debilidad, parestesias), antecedentes médicos, y factores desencadenantes.
  • Examen físico: Se realiza una inspección visual, palpación, y una evaluación neurológica para identificar signos de hernia discal.
  • Pruebas de movilidad: Se realizan pruebas de movilidad del cuello para detectar limitaciones y reproducir el dolor.
  • Radiografía (Rayos X): Muestra la alineación de las vértebras cervicales y detecta otras posibles causas de dolor, aunque no visualiza los discos ni las raíces nerviosas con detalle.
  • Resonancia magnética (RM): Proporciona imágenes detalladas de los discos, la médula espinal, y las raíces nerviosas, identificando la protusión del disco y la compresión nerviosa.
  • Tomografía computarizada (TC): Proporciona imágenes transversales detalladas de la columna cervical, útil para detectar fracturas y anomalías óseas.
  • Mielografía: Utiliza un medio de contraste y radiografías o TC para resaltar la compresión nerviosa.
  • Electromiografía (EMG) y estudios de conducción nerviosa: Evalúan la función nerviosa y muscular para identificar compresión de raíces nerviosas.
  • Diagnóstico diferencial: Es crucial diferenciar la hernia discal cervical de otras condiciones como estenosis cervical, espondilosis, tumores espinales, e infecciones.
  • Prueba de spurling: Compresión de la cabeza hacia un lado para reproducir dolor radicular.
  • Prueba de distraer: Elevación de la cabeza para aliviar la compresión nerviosa.
  • Prueba de lhermitte: Flexión del cuello para verificar sensaciones eléctricas que sugieren compresión medular.

Tratamiento fisioterapéutico para la hernia discal cervical

El tratamiento fisioterapéutico para una hernia discal cervical es esencial para aliviar el dolor, mejorar la movilidad y prevenir futuras lesiones. Aquí describimos las principales técnicas y enfoques utilizados.

Evaluación inicial

La fisioterapia comienza con una evaluación inicial completa que incluye:

  • Historia clínica: Información sobre síntomas, antecedentes médicos y actividades diarias.
  • Examen físico: Evaluación de postura, movilidad del cuello, fuerza muscular, reflejos y sensación.

Modalidades de tratamiento

Terapia manual:

  • Movilización de articulaciones: Manipulaciones suaves para mejorar el rango de movimiento y reducir la rigidez.
  • Liberación miofascial: Técnicas para relajar los músculos tensos y mejorar la circulación sanguínea.
  • Tracción cervical: Separación suave de las vértebras para reducir la presión sobre discos y nervios.

Ejercicios terapéuticos

  • Estiramientos: Aumentan la flexibilidad de los músculos del cuello y los hombros.
  • Fortalecimiento: Fortalecen los músculos cervicales y del hombro para mejorar el soporte de la columna.
  • Postura: Entrenamiento postural para corregir la alineación del cuello y la columna vertebral.

Terapias físicas

  • Terapia térmica: Alivian el dolor y reducen la inflamación.
  • Electroterapia avanzada: campo terapéutico avanzado que permite un estimulo de todos los tejidos afectados con el fin de mejorar el dolor y el estado basal del tejido.
  • Terapia láser: Utiliza luz de baja intensidad para reducir el dolor e inflamación y acelerar la curación.
  • Neuromodulación: Usa estímulos eléctricos para modificar la actividad nerviosa y aliviar el dolor crónico.

Educación y modificación de actividades

  • Ergonomía: asesoramiento sobre la organización del espacio de trabajo para minimizar la tensión en el cuello.
  • Modificación de actividades: Recomendaciones para evitar movimientos que agraven los síntomas.

Pilates terapéutico

  • Ejercicios de control: Fortalecen los músculos profundos del tronco.
  • Movimientos suaves: Ejercicios controlados para evitar estrés adicional en el cuello.

Plan de tratamiento individualizado

El fisioterapeuta desarrollará un plan personalizado basado en la evaluación inicial y los objetivos del paciente, ajustándolo según el progreso.

Seguimiento y rehabilitación

El seguimiento continuo es crucial para monitorear el progreso y ajustar el tratamiento. Incluye:

  • Sesiones regulares de fisioterapia: Para mantener el progreso y abordar nuevas preocupaciones.
  • Programa de ejercicios en casa: Para continuar la recuperación entre sesiones.

Ejercicios recomendados

Estiramientos

  1. Estiramiento del cuello lateral: Inclinen la cabeza hacia un lado, llevando la oreja hacia el hombro. Mantengan 15-30 segundos y repitan del otro lado.
  • Beneficio: Alivia la tensión en los músculos laterales del cuello.
  1. Estiramiento del trapecio superior: Con una mano detrás de la espalda, tiren suavemente la cabeza hacia el lado opuesto. Mantengan 15-30 segundos y repitan del otro lado.
  • Beneficio: Reduce la rigidez en el trapecio superior.
  1. Estiramiento del cuello hacia adelante: Inclinen la cabeza hacia adelante, llevando la barbilla hacia el pecho. Mantengan 15-30 segundos.
  • Beneficio: Alivia la presión sobre los discos cervicales.

Fortalecimiento

  1. Retracción cervical: Muevan la cabeza hacia atrás, metiendo la barbilla. Mantengan 5-10 segundos y repitan 10 veces.
  • Beneficio: Mejora la postura y fortalece los músculos del cuello.
  1. Flexión isométrica del cuello: Empujen la cabeza hacia adelante contra la mano sin moverla. Mantengan 5-10 segundos y repitan 5 veces.
  • Beneficio: Fortalece los músculos frontales del cuello.
  1. Extensión isométrica del cuello: Empujen la cabeza hacia atrás contra las manos sin moverla. Mantengan 5-10 segundos y repitan 5 veces.
  • Beneficio: Fortalece los músculos posteriores del cuello.
  1. Flexión lateral isométrica del cuello: Empujen la cabeza lateralmente contra la mano sin moverla. Mantengan 5-10 segundos y repitan 5 veces de cada lado.
  • Beneficio: Fortalece los músculos laterales del cuello.

Movilidad y control

  1. Rotación suave del cuello: Giren la cabeza hacia un lado, manteniendo la barbilla a nivel. Mantengan 5-10 segundos y repitan del otro lado. Repitan 10 veces de cada lado.
  • Beneficio: mejora la movilidad del cuello.
  1. Ejercicios de postura: Mantengan una postura correcta con la espalda recta y los hombros relajados durante 1-2 minutos, varias veces al día.
  • Beneficio: Mejora la alineación y reduce la tensión en el cuello.

Cuidados y recomendaciones para pacientes

La hernia de disco cervical requiere cuidados específicos para aliviar el dolor, mejorar la movilidad y prevenir complicaciones, como:

  • Educación y conocimiento de la condición: Entender la hernia discal cervical, sus desencadenantes y su impacto en la salud del cuello y la columna vertebral es fundamental.
  • Manejo del dolor: Utilizar compresas frías o calientes y medicamentos bajo supervisión médica para aliviar el dolor y la inflamación.
  • Modificación de actividades: Evitar movimientos bruscos y mantener una postura adecuada al estar sentados o de pie para reducir la tensión en el cuello y la espalda.
  • Cuidado al dormir: Utilizar un colchón firme y una almohada adecuada para mantener una posición neutral del cuello durante el sueño.
  • Fisioterapia y ejercicio: Seguir un programa de ejercicios recomendado por un fisioterapeuta para fortalecer los músculos del cuello y mejorar la movilidad.
  • Hábitos de vida saludables: Mantener una dieta balanceada, hidratarse adecuadamente, dejar de fumar y mantener un peso saludable.
  • Seguimiento médico regular: Asistir a consultas periódicas con el médico y el fisioterapeuta para evaluar el progreso y ajustar el tratamiento según sea necesario.
  • Manejo del estrés: Practicar técnicas de relajación para reducir el estrés y la tensión muscular, lo cual puede ayudar a aliviar el dolor.

Siguiendo estas recomendaciones y manteniendo una rutina de cuidado constante, los pacientes pueden mejorar su calidad de vida y minimizar el impacto de la hernia discal cervical en su bienestar general. Siempre es importante comunicarse con el equipo médico ante cualquier cambio en los síntomas o nuevas preocupaciones.

¡Recupera tu bienestar con la Clínica Arias! Si estás lidiando con dolor y molestias causadas por una hernia de disco cervical, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

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