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Esguinces de tobillo

Esguinces de tobillo

  • ¿Quién no ha tenido o ha visto como alguien se “tuerce” el tobillo?
  • Una mala caída, un rival que te pisa durante la práctica deportiva…
  • Un mal apoyo con un calzado inadecuado o provocado por una laxitud de tobillo muy alta…

Esto es lo que se conoce como esguince, pero, ¿sabemos realmente lo que nos ocurre anatómica y fisiológicamente ante esta alteración?

Existen distintas clases de esguinces y dependiendo del tipo de esguince que sea, su tratamiento será distinto.

En esta entrada del blog intentaremos dejar un poco más claro todos estos aspectos, y qué hacer o no hacer ante un esguince de tobillo.

¿Qué es un esguince?

Ligamentos de la rodilla
Ligamentos de la rodilla

Antes de eso, ¿sabemos qué es un ligamento? Un ligamento es un tejido conjuntivo, elástico y muy resistente, localizados primordialmente en torno a una articulación, que une dos huesos entre si. Es un estabilizador pasivo (no lo puedes contraer voluntariamente). Esta estructura mantendrá en «orden» anatómico al esqueleto y permitirá el movimiento libre sin que exista peligro de subluxación, luxación, etc… En resumen, mantiene nuestros huesos sujetos.

Ahora imaginemos que sometemos a este tejido conjuntivo a un estrés muy grande, sometiéndolo a mucha tensión. Si el punto A y el punto B (origen e inserción del ligamento) se separan demasiado, puede ocasionar un daño al ligamento, cuya gravedad estará ligada primordialmente a la intensidad de la tensión y la amplitud del movimiento.

Por tanto, el esguince se produce cuando se fuerzan los ligamentos más allá de su amplitud normal de movimiento.

¿Qué síntomas y signos puede ocasionar?

Existen muchos signos y síntomas que acompañan al esguince.

La gravedad de los cuales van de la mano de la gravedad de la lesión.

Los principales son:

  • Dolor: este es el síntoma principal y más característico. Desde el momento que se produce la distensión o movimiento lesivo, aparecerá dolor. Es de tipo agudo, incapacitante y nos obligará a cojear al principio. Es posible que el dolor que sentimos al inicio del esguince sea menor que el que notemos cuando pasen varias horas, esto es debido a la proliferación de sustancias proinflamatorias en la zona, por lo que no debemos alarmarnos por ese echo.
  • Inflamación o tumefacción: como todo tejido orgánico, cuando sufrimos una lesión, este se inflama. Sobre todo en las 2 primeras horas tras producirse el esguince, podremos observas cómo la zona se va inflamando poco a poco. Esto es debido a la llegada de sustancias proinflamatorias a la zona.
  • Hematoma: este signo dependerá de la gravedad del esguince, pues no siempre que se produzca un esguince de tobillo se verá acompañado de hematoma.
  • Piel tensa y brillante: es un signo muy característico, debido a la inflamación local.
  • Hormigueo: debido a la propia inflamación, a la llegada de sustancias a la zona afectada y de la alteración de tejidos y terminaciones nerviosas de la zona.
  • Calambres en la zona: debido a la propia inflamación, a la llegada de sustancias a la zona afectada y de la alteración de tejidos y terminaciones nerviosas de la zona.
  • Eritema: provocado por la inflamación localizada y aumento de riego sanguíneo.

Tipos de ligamentos de tobillo

Ligamento lateral externo:

Podemos observar la posición de los tres ligamentos descritos en el compartimento externo del tobillo.

Este compartimento en realidad supone un ligamento formado por tres fascículos. Estos se ven afectados principalmente ante movimientos de inversión de tobillo.

Ligamento peroneoastragalino anterior.

Discurre desde el maleolo peroneo hasta el cuello del astrágalo. Este ligamento es el más lesivo de los 3, debido a que es el primero en ponerse en tensión en el movimiento de inversión.

Ligamento peroneocalcáneo.

Este va desde el maleolo peroneo hasta el borde lateral del calcáneo.

Se lesiona con menor frecuencia que el anterior.

Ligamento peroneoastragalino posterior.

Igualmente, discurre desde el maleolo peroneo hasta la cola del astrágalo.

Es el más difícil de lesionar.

Ligamento lateral interno o ligamento Deltoideo:

Imagen del compartimento interno del tobillo y el ligamento mencionado.

Es un haz ligamentoso muy potente que refuerza la estabilidad interna del tobillo e impide el desplazamiento del maleolo interno. Tiene su origen en el maleolo tibial y desde aquí se dividirá en dos haces, el superficial o deltoideo hasta el calcáneo y el profundo que se dirige al astrágalo. Se produce por un movimiento de eversión, mucho menos frecuente que el anterior.

Ligamento sindesmal:

Podemos observar la posición de los ligamentos que ayudan a unir la tibia y el peroné por delante y por detrás de la mortaja.

Mantiene unidas las caras internas del maléolo tibial y peronéo. En su porción anterior constituye el ligamento tibio-peroneo anterior, que se continúa en una porción intraarticular y acaba en el ligamento tibio-peroneo posterior. Es de mayor gravedad y suele estar implicado junto a la lesión del ligamento lateral externo.

Niveles de gravedad de los esguinces de tobillo

Atendiendo al nivel de gravedad de los esguinces, podremos clasificarlos en tres grupos:

Esguinces de 1º grado:

Es el grado más leve. Existe una pequeña distensión del ligamento, a veces ni si quiera se acompaña de microrrotura del tejido. Los síntomas y signos son muy leves.

No suele ir acompañado de hematoma.

Esguinces de 2º grado:

De grado medio o moderado. Aquí el tejido ha sufrido un cambio en su estructura, acompañado de microrrotura del ligamento o rotura parcial. La articulación presenta cierta inestabilidad y los síntomas y signos son mayores.

Es posible que aparezca hematoma.

Esguinces de 3º grado:

El grado más avanzado/grave. Aquí el ligamento ha sufrido una fuerza mecánica tal, que ha provocado la rotura completa del ligamento, provocando una inestabilidad completa y un compromiso articular importante. Los síntomas y signos son muy fuertes.

Niveles de gravedad de los esguinces de tobillo.

¿Qué debemos hacer ante un esguince de tobillo?

El tratamiento de Fisioterapia es fundamental de cara a conseguir una óptima recuperación del esguince y evitar que haya recidivas ya que de no ser así es muy frecuente que suframos de manera constante nuevos esguinces, de hecho cerca del 70% de las personas que han sufrido un esguince de tobillo vuelve a sufrir esta lesión. Además conseguiremos tanto reducir los plazos de recuperación como mejorar los síntomas típicos del esguince.

  • Cabe destacar que si el esguince ha sido muy fuerte, los síntomas son muy limitantes o llamativos (correspondiente a esguince de 2º o 3º grado) o hay presencia de hematoma, sería recomendable realizar una radiografía para descartar lesión ósea.
  • Es importante entender que un esguince mal curado, sin rehabilitar, y sin medidas que ayuden a prevenirlo, esta muy predispuesto a sufrir inestabilidad articular, dolores/molestias, edema periférico, adaptaciones, marcha antiálgica, etc… de forma crónica.
  • De este modo, cuando sufrimos un esguince en un tobillo que ya ha sufrido varios esguinces, pero que nunca hemos tratado con un profesional, el tratamiento es bastante más complicado, pues esta zona tendrá cambios bioquímicos cronificados, inestabilidad, debilidad, adaptaciones, alteraciones sensitivas, etc… las cuales debemos atajar de una manera más específica.

A continuacion, propondremos algunas de las terapias más utilizadas en fisioterapia para el tratamiento del esguince. Sin embargo, SIEMPRE debemos valorar el estado/gravedad de nuestro esguince, antes de tomar una decisión terapeutica. Por ello, el contacto con tu fisioterapéuta o podólogo debe ser primordial antes de tomar una decisión.

Una vez que hemos sufrido un esguince es importante practicar el mítico RICE: Reposo, Ice (Hielo en inglés), Compresión, Elevación de la pierna.

  • El reposo debe ser relativo, jamás haremos un reposo absoluto. Podremos caminar sin problema, pero con mucho cuidado de no realizar el movimiento que ponga en tensión el ligamento afectado. Simplemente intentaremos evitar hacer el movimiento que nos duela.
  • Aplicación de frío local 10 minutos, 3/4 veces al día con protección para evitar quemaduras por fío directo sobre la piel.
  • Podemos añadir una tobillera o vendaje compresivo para ayudar a controlar la inflamación. Nosotros te aconsejaremos en este sentido, pues es un tema que debe ser revisado por el profesional.
  • Elevaremos la pierna para favorecer el retorno sanguíneo y no favorecer una inflamación aumentada.
  • Masoterapia y técnicas de drenaje son muy efectivas, sobre todo la primera semana.
  • Técnicas de movilización intraarticular pasivas y posteriormente, movilizaciones completas.
  • Técnicas de movilización activo-asistidas y resistidas.
  • Termoelectroterapia: esta solución nos ayudará a controlar el dolor e inflamación.
  • Laserterapia: esta técnica de fisioterapia avanzada esta especialmente indicada en estos procesos para controlar y reducir la inflamación y el dolor, y además permitir una estimulación temprana para ayudar a regenerar el tejido dañado, acortando los tiempos de recuperación.
  • Diatermia: mediante la aplicación de calor profundo ayudaremos a drenar y estimular la regeneración y reparación del tejido dañado.
  • Vendaje funcional o neuromuscular: el profesional se encargará de aplicar el vendaje necesario si es conveniente, para permitir la movilidad articular y prevenir movimientos lesivos y dolorosos.
  • Ultrasonidos: ayudaremos a controlar la inflamación y el dolor, ayudando a fluidificar y drenar la zona afectada.
  • Ejercicios propioceptivos: por último, debemos asegurarnos de que dejamos el tobillo en buen estado y debemos garantizar que esta lesión no vuelva a suceder. ¿Cómo garantizamos que el tobillo esté mucho más seguro, para que no se vuelva a «torcer», o resista mucho mejor los movimiento cotidianos del trabajo/deporte/…? Eso lo conseguiremos mediante ejercicio terapéutico y ejercicios propioceptivos.
  • Por ultimo, debemos asegurarnos de que factores internos y externos (pisada, biomecánica, calzado, peso, gesto deportivo, adaptaciones estructurales, lesiones cronificadas, etc…) no nos vuelvan a provocar un esguince de tobillo. Por lo tanto, todos estos factores deben ser analizados antes del alta. ¿Cómo podemos hacerlo? Valorarndo y mejorando el gesto deportivo, adaptándonos a un determinado gesto laboral, controlar y mejorar la biomecánica y tratando adaptaciones osteopáticas, mejorando la biomecánica mediante un estudio personalizado y el uso de ortesis plantares personalizadas, etc…

¿Tienes alguna duda?, ¿has sufrido recientemente, o alguna vez un esguince?, ¿no estás muy seguro de si tienes o no un esguince?, ponte en contacto con nosotros. Resolveremos tus dudas y te indicaremos el mejor tratamiento para que te olvides del problema lo antes posible.

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