La ciática o, mejor dicho, ciatalgia, corresponde al cuadro clínico en el que sufrimos un dolor intenso por toda la pierna provocado por una irritación del nervio ciático.
La sintomatología de la ciática es muy particular e incapacitante. El paciente sufre un dolor muy agudo desde la base del sacro o zona lumbar, pasando por la región glútea, por la rodilla y llegando a afectar al pie en la mayoría de los casos.
Para comprender un poco mejor la complejidad de esta afectación, vamos a dar unas pinceladas anatómicas.
¿Cómo funciona el nervio ciático?
El nervio ciático nace de la medula o sistema nervioso central, desde los niveles L4 a S3. Aparece por el foramen sacro y desciende bajo el músculo piramidal, discurriendo sobre los músculos rotadores externos de la pierna. En su trayecto por la pierna, pasa por detrás de la rodilla, donde se divide en el nervio tibial posterior y el nervio peroneo común.
El nervio ciático aporta la información sensitiva y motora de toda la región posterior del muslo, rodilla y pierna. También lo hace a nivel plantar a través del nervio tibial posterior y por la zona anterior de la pierna y el dorso del pie hasta los dedos a través del nervio peroneo común.
El recorrido del nervio ciático es muy amplio, por lo que podríamos sufrir dolor en cualquier parte de dicho recorrido, aunque lo más probable es que el dolor se centre en la región lumbar, la zona glútea, el muslo alto, el muslo en la región pegada a la rodilla por detrás (zona de división del nervio), o la zona del gemelo.
El dolor provocado por la ciática es muy característico pues es muy intenso, dificulta (a veces impide) poner el pie en el suelo para deambular, y el movimiento de dicha pierna resulta altamente doloroso.
¿Qué tipo de personas suelen sufrir más la ciática?
La ciática es una alteración que sufren muchas personas y su incidencia es muy amplia, siendo, no obstante, más frecuente en trabajos en los que se requiere mucho esfuerzo a la hora de levantar pesos o en los que hay que mantener una posición mantenida mucho tiempo, donde tanto la pierna como la zona lumbar sufren mucha compresión.
¿Qué causa la ciática?
Las causas de padecer una ciática pueden ser muy diversas. Entre las más destacadas podemos encontrar:
- Patología discal: un problema en el disco intervertebral (hernia o protrusión discal) a nivel lumbar bajo, puede provocarnos una ciática por irritación raquídea.
- Lumbalgias mecánicas: cuando sufrimos de dolor lumbar (no por problemas de disco), el tejido blando de la región lumbar puede llegar a irritar las raíces primarias del nervio ciático.
- Mala movilidad lumbar: cuando nuestras vertebras lumbares presentan una mala movilidad, ya sea por malas posturas mantenidas durante mucho tiempo, alteraciones en las carillas articulares de dichas vertebras, compensaciones estructurales (como por ejemplo una dismetría muy acentuada que provoca que una cadera este más alta que la otra), o compensaciones osteopáticas del raquis lumbar, puede llegar a irritar a los troncos primarios del nervio ciático.
- Alteraciones del sacro: al igual que el raquis lumbar, el sacro también puede presentar muchas disfunciones posturales, de movilidad, compensaciones, etc… que pueden afectar al nervio.
- Musculatura pelvitrocantérea: dado que el nervio ciático discurre atravesando la musculatura pelvitrocantérea, cualquier alteración de dicha musculatura puede llegar a irritar al nervio ciático. Estos músculos son: piramidal, los 3 grandes glúteos, géminos, cuadrado femoral y obturador.
- Atrapamiento del ciático en su trayecto por la fascia posterior de la pierna (entre la fascia de la musculatura isquiotibial y bíceps femoral).
- Patología de rodilla: la rodilla posee muchas estructuras que pueden llegar a irritar al ciático, como la inserción de la musculatura isquiotibial o el poplíteo.
- Irritación del nervio tibial o peroneo común por problemas derivados de la musculatura de la pierna (exceso de tensión en dichos músculos, mala biomecánica o pisada, etc..).
¿En qué consiste el tratamiento?
A pesar de ser una alteración importante, el tratamiento no es muy agresivo y en la gran mayoría de casos, no es necesario el tratamiento quirúrgico.
Lo más importante es un buen examen clínico para comprobar cuál es el origen del problema, ya que como hemos visto, son muchas las zonas y estructuras que nos pueden llevar a una ciática.
El examen manual, test ortopédicos, exploración del reparto del cargas y examen ecográfico son imprescindibles para encontrar el origen del problema.
En Clínica Arias utilizaremos una amplia batería de test y pruebas para detectar el problema y procederemos a tratar la ciática utilizando desde técnicas manuales para liberar el nervio, como pruebas ecográficas para valorar la región lumbar y el nacimiento del ciático, junto a su trayecto por toda la pierna, hasta técnicas invasivas para restablecer la funcionalidad del nervio, liberarlo y readaptarlo, junto con ejercicios y estiramientos.
Gracias a la alta especialización de nuestros profesionales y a la utilización de la última tecnología tanto para el diagnóstico como para el tratamiento, conseguiremos recuperar al paciente que sufre ciática en un tiempo muy breve y de forma totalmente indolora.
Además, estudiaremos la columna, la cadera y los miembros inferiores del paciente mediante la fisioterapia, la osteopatía, la biomecánica y la podología, no solo para encontrar el origen del problema, sino para prevenirlo en el futuro.