Las migrañas son uno de los motivos más comunes por los que muchas personas acuden a vernos a Clínica Arias, especialmente cuando ese dolor de cabeza se vuelve recurrente, intenso y difícil de controlar con medicamentos. Nos suelen decir cosas como:
“He probado de todo, pero el dolor siempre vuelve”, o “ya no sé si esto es por tensión, por las cervicales, o por algo más”.
La realidad es que las migrañas tienen un origen complejo, pero con un buen diagnóstico y un tratamiento personalizado, los resultados pueden ser muy positivos.
Para empezar, vamos a definirla:
Una migraña no es un simple dolor de cabeza. Se trata de una alteración neurológica que puede provocar:
- Dolor intenso, normalmente en un lado de la cabeza
- Náuseas o vómitos
- Hipersensibilidad a la luz (fotofobia) o al sonido
- En algunos casos, aura: alteraciones visuales o sensitivas que preceden al dolor
Suele durar entre 4 y 72 horas, y puede llegar a afectar mucho la calidad de vida.
¿Por qué se producen las migrañas?
Las causas no son siempre iguales para todos los pacientes. De hecho, en nuestra experiencia clínica, cada caso es distinto. Pero hay factores comunes que pueden influir:
- Tensión muscular y cervical
Muchas migrañas tienen un componente musculoesquelético. La sobrecarga en los músculos del cuello, la parte alta de la espalda y la base del cráneo (como el trapecio superior o los suboccipitales) pueden generar una respuesta en el sistema nervioso que desencadena dolor.
Nosotros solemos encontrar mucha relación entre migrañas y:
- Mala postura (especialmente en trabajos de oficina o frente al ordenador)
- Bruxismo o tensión mandibular
- Estrés mantenido
- Factores hormonales
En mujeres es frecuente que las migrañas aparezcan coincidiendo con la menstruación o cambios hormonales. Por eso también es importante tener en cuenta el ciclo y el estado hormonal de cada persona.
- Hábitos y estilo de vida
Hay ciertos desencadenantes que aumentan la probabilidad de sufrir una crisis de migraña, como:
- Dormir mal o cambios en el patrón de sueño
- Saltarse comidas o cambios en la alimentación
- Alcohol, cafeína o ciertos alimentos como el chocolate o los quesos curados
- Estrés emocional
- Disfunciones en el sistema nervioso o vascular
La migraña también está relacionada con una hipersensibilidad del sistema nervioso central, y con alteraciones en la circulación cerebral. Esto hace que, a veces, el cuerpo reaccione de forma exagerada ante estímulos “normales”.
- Factores genéticos o hereditarios
Muchas personas con migrañas tienen antecedentes familiares. Si tu madre, padre o hermanos sufren migrañas, es más probable que tú también las padezcas. Hay una predisposición genética, especialmente en migrañas con aura.
- Desequilibrios hormonales (más allá de la menstruación)
Además del ciclo menstrual, otros momentos de cambio hormonal pueden favorecer las migrañas, como:
- El embarazo o el posparto
- La menopausia
- El uso o retirada de anticonceptivos hormonales
Algunas pacientes nos comentan que desde que empezaron a tomar la píldora, las migrañas han cambiado en frecuencia o intensidad.
- Problemas visuales no corregidos
Una causa menos evidente pero que detectamos con cierta frecuencia es el esfuerzo ocular mantenido. Pacientes con:
- Astigmatismo no corregido
- Hipermetropía leve
- O simplemente que pasan horas frente a pantallas sin descanso visual
… pueden terminar desarrollando dolor en la frente o las sienes, que en algunos casos deriva en migrañas. Por eso solemos recomendar revisar la visión si hay migrañas frecuentes, sobre todo en adolescentes o adultos jóvenes.
4. Trastornos del sueño
Dormir poco, mal o a horarios irregulares es un desencadenante directo. Pero también lo es el dormir en exceso. Por ejemplo, muchas personas experimentan migraña los fines de semana por dormir más de lo habitual.
Además, ciertas alteraciones como la apnea del sueño o el bruxismo nocturno pueden aumentar el riesgo de dolor de cabeza matutino.
5. Factores alimentarios poco conocidos
Más allá de los clásicos como el chocolate o el queso curado, hay otros alimentos que pueden provocar migrañas en personas sensibles:
- Glutamato monosódico (muy presente en comida china y ultraprocesados)
- Aspartamo (edulcorantes artificiales)
- Vinos tintos (por los sulfitos)
- Embutidos y fiambres (ricos en nitritos)
Personalmente, en Clínica Arias solemos animar a llevar un pequeño diario de alimentación y síntomas, para detectar patrones entre lo que se come y cuándo aparece el dolor.
6. Cambios en el clima o presión atmosférica
Algunas personas son especialmente sensibles a los cambios meteorológicos, sobre todo cuando hay variaciones bruscas de presión, humedad o temperatura. Esto puede estar relacionado con la regulación del sistema nervioso autónomo o con la reactividad vascular.
7. Estímulos sensoriales intensos
Luces brillantes, ruidos fuertes o incluso ciertos olores (como perfumes intensos o productos de limpieza) pueden actuar como desencadenantes. Lo vemos con frecuencia en personas con alta sensibilidad sensorial.
8. Problemas en la articulación temporomandibular (ATM)
Cuando hay bruxismo, bloqueos en la mandíbula, desviaciones o maloclusión dental, la articulación temporomandibular puede estar sobrecargada. Esto puede generar dolor que irradia hacia la sien, oído o parte posterior de la cabeza, imitando o activando una crisis de migraña.
En estos casos, combinamos el tratamiento con técnicas de relajación muscular, osteopatía craneal y, si es necesario, derivación al odontólogo.
9. Problemas digestivos o disfunciones viscerales
Desde la visión de la Osteopatía, observamos que algunas migrañas recurrentes se relacionan con:
- Digestiones pesadas
- Disfunciones del hígado o del intestino
- Estreñimiento crónico
Este tipo de relación es más frecuente de lo que parece. A veces, al mejorar el ritmo intestinal o liberar tensión en el diafragma, el número de migrañas disminuye notablemente.
Factores genéticos y predisposición
Uno de los primeros aspectos que solemos investigar cuando un paciente acude a Clínica Arias por migrañas recurrentes es si hay antecedentes familiares. Y es que, aunque no siempre se le da la importancia que merece, la genética juega un papel fundamental en este tipo de dolor de cabeza.
¿Las migrañas se heredan?
No hablamos de una herencia directa como en el caso de algunas enfermedades genéticas raras, pero sí hay una clara predisposición familiar. De hecho, los estudios científicos indican que:
- Si uno de tus padres sufre migrañas, tienes entre un 40 y un 50% de probabilidades de desarrollarlas.
- Si ambos progenitores las padecen, el riesgo puede subir hasta el 70-80%.
En la práctica, muchos pacientes nos dicen algo como:
“Mi madre siempre ha tenido migrañas y ahora veo que me están empezando a mí también”.
Este patrón es muy común y, en muchos casos, comienza a manifestarse desde la adolescencia o juventud, aunque también puede aparecer más tarde, dependiendo de otros factores.
¿Qué se hereda exactamente?
Lo que se transmite no es la migraña en sí, sino una mayor susceptibilidad del sistema nervioso a reaccionar ante ciertos estímulos. Algunas características que pueden heredarse:
- Hipersensibilidad neuronal: el cerebro reacciona de forma más intensa ante ciertos estímulos (luz, estrés, cambios hormonales, falta de sueño, etc.)
- Mayor reactividad vascular: es decir, los vasos sanguíneos del cerebro pueden dilatarse o contraerse con más facilidad, lo que está directamente relacionado con la aparición del dolor
- Alteraciones en neurotransmisores como la serotonina, que está implicada en el control del dolor y la regulación del estado de ánimo
Esto no significa que, si tienes esa predisposición, estés condenado a sufrir migrañas. Pero sí quiere decir que necesitas prestar más atención a los factores desencadenantes, y que un enfoque preventivo personalizado puede marcar una gran diferencia.
¿Por qué es útil conocer esta predisposición?
En Clínica Arias, cuando identificamos un componente genético claro, solemos explicárselo al paciente de manera sencilla. Saber que hay una predisposición:
- Nos ayuda a anticiparnos: podemos diseñar un plan preventivo para reducir la frecuencia e intensidad de las crisis
- Evita frustraciones: el paciente entiende que no es “culpa suya” ni está imaginando el dolor
- Facilita el seguimiento familiar: si hay hijos adolescentes o familiares con síntomas similares, podemos valorarles y actuar de forma temprana.
Estilo de vida y desencadenantes ambientales
Una de las cosas que más nos comentan nuestros pacientes cuando vienen a consulta por migrañas es que “no saben qué las provoca”. Y, muchas veces, después de una valoración detallada, descubrimos que el problema no está solo en la musculatura o en la postura, sino en factores cotidianos que están presentes día tras día y pasan desapercibidos.
En Clínica Arias, siempre recordamos que la migraña es una dolencia multifactorial. Y aunque haya predisposición genética o tensión cervical, el estilo de vida y el entorno tienen un papel fundamental en su aparición.
Estrés emocional y físico: En Clínica Arias vemos a diario cómo el estrés es uno de los mayores desencadenantes de migraña. A veces no es evidente: puede ser tensión acumulada por trabajo, falta de descanso o sobrecarga emocional. Cuando el cuerpo dice “basta”, la migraña suele ser la forma de avisarnos.
Alteraciones del sueño: Dormir mal, poco o a deshoras puede disparar una crisis de migraña. Incluso dormir demasiado puede tener el mismo efecto. Por eso, solemos recomendar una rutina de sueño regular y evitar pantallas antes de dormir.
Alimentación e hidratación: Saltarse comidas, beber poca agua o consumir ciertos alimentos (como chocolate, embutidos o vino tinto) puede favorecer la migraña. En algunos casos aconsejamos llevar un pequeño diario para detectar qué alimentos actúan como desencadenantes.
Cambios de clima: Algunos pacientes nos cuentan que notan dolor de cabeza antes de que cambie el tiempo. Y es real. Cambios bruscos de presión o humedad pueden afectar al sistema nervioso y vascular, provocando una crisis.
Estímulos sensoriales: Luces fuertes, ruidos intensos u olores muy penetrantes pueden ser la gota que colma el vaso. En personas con migraña, el sistema nervioso es más sensible, y pequeños estímulos pueden desencadenar el dolor.
Sedentarismo o ejercicio excesivo: Ni movernos poco ni hacer deporte sin control es buena idea. Nosotros recomendamos actividad física moderada y adaptada. Un exceso de tensión muscular o una mala recuperación puede generar migrañas por sobrecarga.
Alteraciones musculoesqueléticas y su relación con la migraña
Este es uno de los enfoques que más trabajamos en Clínica Arias, porque muchas migrañas tienen su origen en problemas musculares o articulares, especialmente en la zona cervical y mandibular. No siempre se trata de una alteración neurológica pura: a veces, el cuerpo nos está avisando de que hay tensión o bloqueo en alguna parte del sistema musculoesquelético.
Tensión muscular cervical: Una de las causas más habituales. Cuando los músculos del cuello, la nuca y los hombros están tensos o contracturados, pueden generar dolor que asciende hacia la cabeza. Esto se ve mucho en personas con estrés o malas posturas.
Bloqueo articular en las vértebras cervicales. Un mal movimiento entre las vértebras, sobre todo C1 y C2, puede irritar estructuras cercanas al sistema nervioso. Esto puede provocar dolor irradiado hacia la frente, sien o parte posterior del cráneo. Esto se conoce en Osteopatía como disfunción del sistema vertebral correspondiente.
Bruxismo y sobrecarga mandibular: Apretar los dientes por la noche, o mantener tensión en la mandíbula durante el día, puede generar sobrecarga en los músculos del cuello y la cabeza. Es una causa muy común de cefaleas tensionales y migrañas.
Disfunción de la ATM: Cuando la articulación temporomandibular no funciona bien (por mala mordida, estrés o lesiones), puede aparecer dolor irradiado hacia el oído, la sien o el ojo. En Clínica Arias tratamos esta zona con técnicas manuales y osteopáticas.
Postura prolongada e inadecuada: Trabajar muchas horas sentado, mirando pantallas o con el cuello en flexión mantenida, puede provocar disfunciones cervicales. Con el tiempo, estas alteraciones pueden desencadenar o agravar las migrañas.
Tipos de migraña y sus manifestaciones
En nuestra consulta solemos ver distintos tipos de migraña, y cada una tiene sus particularidades. Conocerlas ayuda a identificar mejor el problema y a elegir el tratamiento más adecuado.
- Migraña sin aura
Es la más común. Se caracteriza por episodios de dolor intenso, pulsátil y generalmente unilateral, que puede durar entre 4 y 72 horas. Suele ir acompañada de náuseas, sensibilidad a la luz o al sonido. Este es uno de los casos más frecuentes que atendemos. - Migraña con aura
Antes del dolor, la persona experimenta síntomas visuales o sensoriales llamados “aura”: destellos de luz, puntos ciegos o alteraciones en la percepción. Estos síntomas duran entre 5 y 60 minutos y suelen avisar de la llegada de la migraña. - Migraña crónica
Se define cuando las crisis ocurren más de 15 días al mes durante al menos 3 meses. Aquí el dolor puede ser constante o variar en intensidad. Es una situación que suele afectar mucho la calidad de vida y requiere un enfoque integral. - Migraña vestibular
Aquí el síntoma principal no es solo el dolor, sino también el vértigo o mareos, que pueden durar desde minutos hasta días. Nosotros recomendamos siempre una evaluación completa para descartar otras causas. - Migraña hemipléjica
Es menos común y más compleja, porque se acompaña de debilidad o parálisis temporal en un lado del cuerpo. Suele requerir un diagnóstico especializado y tratamiento multidisciplinar.
Migraña con aura y migraña sin aura
Nosotros solemos diferenciar principalmente entre migraña con aura y sin aura, porque cada una tiene signos y síntomas distintos que nos ayudan a entender mejor el origen del dolor.
La migraña sin aura es la más común. En estos casos, el paciente siente directamente el dolor, que suele ser intenso, pulsátil y localizado en un lado de la cabeza. Además, es habitual que aparezcan náuseas, vómitos o sensibilidad a la luz y al ruido. Por lo general, la migraña comienza sin avisos previos y puede durar desde unas horas hasta varios días.
En cambio, la migraña con aura se caracteriza porque antes de que llegue el dolor aparecen unos síntomas previos, que llamamos “aura”. Estos pueden ser destellos de luz, puntos ciegos o incluso alteraciones en la percepción sensorial, como hormigueos en manos o cara. Este aura suele durar entre 5 y 60 minutos y avisa de que pronto llegará el dolor de cabeza.
Personalmente, preferimos que los pacientes aprendan a identificar estos signos de aura, porque nos permiten anticipar el episodio y manejar mejor los síntomas. Sin embargo, ambos tipos pueden ser igual de incapacitantes y requieren un tratamiento adaptado a cada caso.
Migraña episódica y migraña crónica
Otras migrañas que solemos diferenciar son migraña episódica y migraña crónica, porque la frecuencia de los ataques cambia mucho el impacto en la vida de los pacientes y la forma de tratarlas.
La migraña episódica se refiere a esos episodios de dolor de cabeza que aparecen de forma ocasional, generalmente menos de 15 días al mes. Estos ataques pueden ser intensos, pero suelen dejar periodos de normalidad en los que el paciente está libre de dolor. Es el tipo de migraña más habitual que vemos en la consulta.
Por otro lado, la migraña crónica ocurre cuando el paciente sufre dolores de cabeza más de 15 días al mes durante al menos 3 meses seguidos. En estos casos, el dolor puede ser constante o variar en intensidad, y afecta de forma significativa la calidad de vida. Este tipo de migraña suele requerir un tratamiento más completo y multidisciplinar.
Personalmente, nosotros solemos recomendar actuar cuanto antes cuando una migraña episódica empieza a volverse más frecuente, para evitar que se convierta en crónica. En Clínica Arias, ofrecemos seguimiento personalizado y tratamientos adaptados para mejorar la calidad de vida en ambos casos.
Dolor referido y síntomas asociados
Nosotros solemos explicar a nuestros pacientes que la migraña no solo duele en la cabeza, sino que puede producir molestias en otras zonas, lo que llamamos dolores referidos. Esto ocurre porque las estructuras nerviosas están conectadas y el dolor puede “irradiarse” o sentirse en áreas cercanas.
Los dolores referidos más comunes en migraña incluyen molestias en el cuello, la parte alta de la espalda, los hombros e incluso la mandíbula. Por ejemplo, una tensión o disfunción en el cuello puede provocar dolor que se extiende hacia la cabeza, empeorando la migraña.
Además del dolor, la migraña suele venir acompañada de síntomas asociados como náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz (fotofobia) y al ruido (fonofobia). También es habitual experimentar sensación de mareo o dificultad para concentrarse durante los episodios.
En algunos casos, pueden aparecer síntomas más específicos, como visión borrosa o sensación de hormigueo en manos o cara, sobre todo en migrañas con aura.
Tratamiento de la migraña con fisioterapia
En Clínica Arias, nosotros solemos recomendar la fisioterapia como parte fundamental para el tratamiento de la migraña, especialmente cuando hay factores musculoesqueléticos implicados.
La fisioterapia ayuda a reducir la tensión muscular en el cuello, la cabeza y los hombros, que son zonas donde a menudo se originan o se agravan las migrañas. A través de técnicas como la terapia manual, estiramientos específicos y ejercicios de fortalecimiento, conseguimos mejorar la movilidad y disminuir el dolor.
Personalmente preferimos combinar estas técnicas con un trabajo de educación postural, para que el paciente aprenda a cuidar mejor su postura en el día a día, ya que una mala ergonomía puede ser un desencadenante importante de migrañas.
Además, en Clínica Arias incorporamos tratamientos avanzados como la neuromodulación percutánea y la aplicación de técnicas de fisioterapia invasiva para aliviar puntos gatillo y sobrecargas musculares que pueden estar relacionados con la migraña.
Es importante destacar que la fisioterapia no solo trata el dolor cuando aparece, sino que también ayuda a prevenir futuras crisis al mejorar la función musculoesquelética y reducir los factores que favorecen la migraña.
Además de la terapia manual y los ejercicios posturales, solemos recomendar técnicas específicas para liberar la musculatura cervical y los músculos periescapulares. Por ejemplo, trabajamos sobre el trapecio, el elevador de la escápula y los músculos suboccipitales, ya que estas zonas son frecuentes focos de tensión que pueden provocar o agravar la migraña.
Una de las herramientas que utilizamos es la tecnología INDIBA, un sistema de bioestimulación por radiofrecuencia que ayuda a reducir la inflamación, mejorar la circulación y acelerar la reparación de los tejidos. Esto contribuye a aliviar las tensiones musculares que pueden estar detrás de muchas migrañas.
Combinamos INDIBA con ejercicios de estiramiento, fortalecimiento y corrección postural para ofrecer un tratamiento personalizado. También integramos técnicas de fisioterapia invasiva y neuromodulación percutánea, según el caso.
Este abordaje integral no solo trata el dolor cuando aparece, sino que busca prevenir futuras crisis mejorando la función musculoesquelética y reduciendo los factores que desencadenan la migraña.
Un caso típico que vemos es el de pacientes que pasan muchas horas frente al ordenador o con posturas inadecuadas, lo que genera sobrecarga muscular y dolor referido a la cabeza. En estos casos, la combinación de fisioterapia manual con un programa de estiramientos personalizados puede marcar una gran diferencia.
También utilizamos técnicas de relajación y control del estrés, porque sabemos que el estrés es uno de los desencadenantes más comunes de la migraña. Aprender a manejarlo a través de ejercicios de respiración y estiramientos suaves ayuda mucho a prevenir episodios.
Otra herramienta que incorporamos en Clínica Arias es la educación sobre hábitos saludables, como la ergonomía en el puesto de trabajo, la higiene del sueño y recomendaciones para evitar los desencadenantes habituales. Esto complementa el tratamiento fisioterapéutico y mejora los resultados a largo plazo.
Por último, en algunos casos aplicamos técnicas de fisioterapia invasiva, como la punción seca, que puede ayudar a desactivar puntos gatillo musculares relacionados con el dolor. Estas técnicas son seguras y muy efectivas cuando las realiza un profesional cualificado.
Consejos para reducir las migrañas
Mantener una rutina regular de sueño es fundamental. Dormir bien y a horas fijas ayuda a prevenir episodios, ya que tanto la falta como el exceso de sueño pueden desencadenar migrañas.
La alimentación también juega un papel importante. Es recomendable evitar alimentos que suelen provocar migrañas, como el chocolate, el alcohol, los alimentos muy procesados o con mucha cafeína. Comer a horarios regulares también ayuda a mantener el equilibrio.
La hidratación no se puede descuidar. Beber suficiente agua durante el día evita que la deshidratación se convierta en un factor que active la migraña.
El estrés es uno de los principales desencadenantes, por lo que aprender técnicas de relajación, respiración o practicar actividades como yoga o paseos puede ser muy beneficioso para reducir la frecuencia de los ataques.
Una buena postura es clave, especialmente para quienes trabajan muchas horas sentados. Mejorar la ergonomía y corregir hábitos posturales puede evitar tensiones musculares que empeoran la migraña.
El ejercicio físico moderado y regular ayuda a liberar endorfinas y a controlar el estrés, lo que contribuye a la prevención de la migraña.
También es importante evitar estímulos fuertes como luces intensas, ruidos fuertes o ambientes muy calurosos, ya que pueden desencadenar episodios en personas susceptibles.
Por último, ante migrañas frecuentes o muy incapacitantes, lo mejor es consultar con un profesional. En Clínica Arias ofrecemos tratamientos personalizados que combinan fisioterapia, osteopatía y consejos adaptados a cada persona para mejorar la calidad de vida.

Especialista en fisioterapia avanzada, terapia ecoguiada, podología, osteopatía y experto en biomecánica, con más de 12 años de experiencia profesional en el sector.